FITOTERAPIA y AROMMATOTERAPIA
La Fitoterapia estudia la utilización de las plantas medicinales y sus derivados con finalidad terapéutica, ya sea para aliviar, para prevenir o para curar enfermedades y dolencias.
La fitoterapia es la primera medicina que conoció el hombre, y de hecho la más experimentada, puesto que antes de los compuestos químicos aparecidos en el último siglo, los fitofármacos y sus principios activos eran el único medicamento que conocía el hombre para recuperar la salud y para prevenir posibles enfermedades. A pesar de que la era química ha ido relegando a un segundo plano la medicina natural y la fitoterapia, habiendo llegado la industria farmacéutica a monopolizar la medicina oficial, lo cierto es que las plantas medicinales están infinitamente más testadas y probadas en los seres humanos a lo largo de la historia que los medicamentos farmacéuticos con los que tan seguros nos sentimos , y que están llenos de contraindicaciones, siendo algunos puro veneno legal.
No obstante, el hecho de que lleve a sus espaldas una gran trayectoria empírica, no la convierte en una práctica exenta de riesgos, puesto que, al igual que cualquier medicamento, los principios activos de las plantas son compuestos químicos que interactúan con nuestra propia química interna y su uso requiere un gran conocimiento para no provocar un desequilibrio en nuestro organismo. Así que...no cuesta nada consultar con un experto en la materia.
A partir de los Aromas de las Plantas y Flores y sus Aceites Esenciales nace la Aromaterapia moderna.
La aromaterapia es una técnica medicinal basada en esencias de plantas, utilizando los Aceites Esenciales de dichas plantas que a diferencia de la Fitoterapia , en vez de ser ingeridas se absorben por la piel o son inhalados a través de la nariz.
La aromaterapia moderna, tal y como la conocemos ahora, nació en 1928 a partir del trabajo de investigación realizado por el químico francés René-Maurice Gattefossé, quién también escribió varias obras en las que detalló ampliamente las propiedades de los aceites esenciales y sus métodos de aplicación.
Todo empezó el día en que Gattefossé sufrió, en su laboratorio, un incidente que hizo que se quemara gravemente una de sus manos. Para calmar el dolor, instintivamente, sumergió la mano en un recipiente cercano lleno de aceite esencial de lavanda pura. Ello hizo que su quemadura se curara rápidamente, sin sufrir ningún tipo de infección y sin prácticamente cicatrices. A partir de ese momento centró su trabajo de investigación en los aceites esenciales y demostró que, a través de la piel, el organismo puede absorber sustancias grasas que tienen una estructura molecular muy pequeña.
Años más tarde, en 1980, la aromaterapia moderna alcanzó su punto de madurez cuando los bioquímicos lograron aislar en los aceites esenciales los componentes responsables de sus propiedades.